La Ministerio del Interior de Marruecos afirmó que las intervenciones de las fuerzas públicas (fuerzas auxiliares) durante las manifestaciones recientes en varias áreas del país se llevaron a cabo «en total respeto a las normas legales y profesionales que rigen su actuación». El ministerio subrayó que, en algunos casos, estas intervenciones fueron la última opción frente a un reducido número de provocadores y alborotadores, tras agotar todas las alternativas pacíficas.
El portavoz del ministerio, Rashid El Khefty, aclaró a los medios de comunicación el miércoles 1 de octubre en Rabat, que la labor de las fuerzas públicas está sujeta a los límites establecidos por la constitución y la legislación pertinente, lo que garantiza la legitimidad de cada acción.
Agregó que esto incluye, por ejemplo, las leyes que regulan las reuniones públicas y las normativas que definen las funciones de mantenimiento del orden, además de los protocolos de seguridad y derechos humanos reconocidos internacionalmente, destinados a garantizar la seguridad física de las personas y la protección de la propiedad pública y privada.
El Khefty afirmó que el objetivo principal de las intervenciones de las fuerzas públicas es mantener el orden, proteger la integridad física de las personas, salvaguardar la propiedad pública y privada, garantizar el ejercicio de derechos y libertades en su marco legal legítimo, y fomentar la confianza en las instituciones.
Señaló que las intervenciones de seguridad se fundamentan en tres pilares esenciales: la gradualidad, onde se caracterizaron por la moderación y donde se utilizó la fuerza únicamente en su mínima expresión, después de agotar todos los medios pacíficos, limitándose a dispersar concentraciones mediante medios ordinarios y advertencias legales.
Subrayó que estas intervenciones también fueron proporcionales, empleando medios adecuados y limitados, sin recurrir a medidas excesivas que superaran las exigencias del momento. Enfatizó que la intervención moderada fue precedida por múltiples intentos de evitar el choque, incluidos avisos legales y advertencias.
El portavoz concluyó que esto «confirma que el uso de la intervención en algunos casos fue la última opción tras agotar todos los medios disponibles frente a un reducido número de provocadores y alborotadores».
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